Proceso de Adquisición de la Lecto-Escritura en los niños/as.

Ferreiro y Teberosky (1979) c.p Goodman (Comp.), (1990) realizaron investigaciones sobre la psicogénesis de los sistemas de interpretación que los niños/as construyen para entender la representación alfabética del lenguaje. Estas investigaciones se llevaron a cabo, básicamente en México y Argentina, con niños/as cuya lengua materna es el castellano a partir de los cuales, distinguieron tres grandes niveles de desarrollo:  

1. Primer Nivel (Fase Logográfica): cuando el niño/a lee la palabra de forma global sin dividirla en sus componentes y utiliza el contexto para determinar el significado de la palabra. Durante esta etapa, el niño/a es capaz de leer etiquetas de productos que conoce en sus respectivos contextos como: “Cocacola”, “leche”, “Chocochitas”, etc. Sin embargo, en esta fase, el niño/a no es capaz de leer palabras que no sean familiares para él si no se encuentran en el contexto apropiado que le permite inferir su significado. “Parece ser que durante esta etapa el niño/a no distingue el dibujo de la escritura como formas diferentes de representación” (Ferreiro y Teberoski, 1979, c.p Goodman (Comp.), 1990) es por esto que el niño/a considera que la escritura es parte del dibujo y una representación dentro de la ilustración. En este primer nivel el niño/a logra dos grandes avances: considerar la cadena de letras como objetos substitutos y hacer una clara distinción entre los dos modos de representación gráfica (el dibujo y la escritura) (p.26) 

2. Segundo Nivel (Fase Alfabética): el niño/a comienza a entender que el lenguaje se puede segmentar en partes más pequeñas que la oración y la palabra, es decir, en sílabas y en letras que tienen un sonido propio. Este proceso de conciencia de la naturaleza de nuestro lenguaje se llama “metalingüismo”, el cual se considera un gran paso en el desarrollo de la lecto-escritura. “Una vez que el niño/a descubre que el lenguaje se puede dividir en diferentes partes, abandonan poco a poco la estrategia de leer palabras globalmente y comienzan a analizar las palabras silábicamente” (Gillanders, 2001, p. 38) “A partir de este momento los niños/as comienzan a ver en las cadenas escritas, diferencias objetivas que justifiquen interpretaciones diferentes” (Ferreiro y Teberoski, 1979, c.p Goodman (Comp.), 1990, p.27). Al inicio de esta fase, los niños/as van a comenzar a utilizar las letras que él identifique dentro de las palabras para anticipar la lectura del texto, para así, identificar de forma progresiva diferentes letras conocidas para anticipar menos y leer más.

3. Tercer Nivel (Fase Alfabética): este nivel corresponde a la “fonetización” de lo escrito, en la cual el niño/a logra comprender que cada letra tiene un sonido aislado. Durante este tercer nivel, los niños/as construyen tres hipótesis en el proceso de la lectura: la silábica, la silábica alfabética y la alfabética, siendo la escritura del nombre propio lo más importante para el niño/a. Ya puede controlar la cantidad de letras que forman una palabra para escribir cualquiera independiente del tamaño del objeto, el cual representa uno de los mayores avances de este nivel (Ferreiro y Teberoski, 1979, c.p Goodman (Comp.), 1990, p.27).

Así como el conocimiento de las partes de una palabra ayuda al niño/a a anticipar la lectura, igualmente lo va a hacer su vocabulario, es por esto que el desarrollo del vocabulario en el lenguaje oral es también muy importante para la adquisición de la lectura (Gillanders, 2001). Según Snow y Taborns (c.p Gillanders, 2001) esto se debe a que:

a. Una palabra es más fácil de pronunciar si es conocida para el niño/a que la lee.

b. Cuando el niño/a conoce el significado de la palabra, éste podrá anticipar lo que narra el texto, aunque sea de difícil lectura.  

 Gillanders (2001) afirma que para poder determinar si el niño/a se encuentra en la etapa logográfica o en la etapa alfabética es necesario proporcionarle al niño/a textos predecibles junto con el dibujo y el texto de forma aislada y pedirles que los lea. Por ejemplo, si le das un cartón de leche y le pides que lea y luego mostrarle la palabra “leche” en un papel diferente. Si el niño/a no es capaz de leer esta última, significa que está todavía en la primera etapa, de lo contrario, si hace un intento por leerla, ya se está iniciando en la segunda etapa.

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